Cuando empecé
el curso, pensaba que las clases de ética iban a ser mucho más teóricas de lo
que en realidad son. Es verdad que no estamos acostumbrados a tomar apuntes de
lo que el profesor dice en 4º ESO y por esta parte puede que se hagan más
pesadas las clases, sin embargo, son más didácticas ya que intenta que
entendamos todo con ejemplos y haciéndonos participar. De esta forma no sólo se
consigue que debamos estar atentos, si no también poder aprender de una forma
más amena.
Otro punto
positivo que le veo a esta clase, son el tipo de exámenes. Me parece que
haciendo un examen de test queda más claro si has conseguido entender lo que se
pide, y por otro lado, que los exámenes prácticos sean con cuaderno ya que no
es necesario aprenderse la lección de memoria como solemos hacer para los
exámenes de otras asignaturas, si no teniendo la teoría delante aplicar lo que
se ha dado en clase, por lo que para ello debes escuchar atentamente mientras
se da la clase de ética. En estos exámenes, además, el profesor normalmente nos
pone una pregunta de desarrollo en la que podemos expresarnos sobre el tema, lo
cual nos permite que tengamos que aprender a expresarnos de forma madura,
redactada y con coherencia.
En último
lugar, me parece bastante bien que debamos ver una película y, posteriormente,
debamos hacer un examen. Este método nos hace que debamos reflexionar sobre lo
que vemos y buscar un poco más allá de lo que se ve, es decir, encontrar
significados a ciertas escenas. Y, también, nos hace una pequeña introducción
al cine para que desarrollemos un gusto por él y no sólo por películas que
actualmente salen a la cartelera.
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