jueves, 3 de diciembre de 2015

¿Política en nuestras vidas?

Por qué se cambia la hora o por qué son legales algunas drogas como el café o el alcohol y no la marihuana son cosas ya tan cotidianas en nuestras vidas que ni si quiera nos planteamos qué o quién rige estas decisiones. Pues bien, si nos damos cuenta, toda nuestra vida está regida por la política: desde que nacemos somos inscritos en el Registro Civil y cuando morimos en la Inscripción de Defunción. La política surge allí dónde hay conflictos, y por tanto surge en toda la sociedad donde hay dos o más individuos. Por consiguiente, la política es la actividad que busca resolver y no solucionar (pues es imposible que se llegue a una solución para todos los individuos) dichos conflictos en el seno de una comunidad. Otra característica importante de la política es que sus decisiones afectan a la comunidad en su conjunto, por ejemplo, la decisión de un patrón de bajar el sueldo a sus empleados no es una decisión política porque sólo afecta a dicha empresa, mientras que la decisión de establecer un sueldo mínimo menor afectará a todos los trabajadores. La política está intrínsecamente relacionada con el poder, entendiendo poder no sólo como un elemento que se puede incrementar y acumular, sino también como el resultado de la relación entre individuos, es decir, se puede entender tanto como objeto como resultado.

Ante la situación actual de crisis, mucha gente se plantea que la política no sirve para nada e incluso llegan a no votar, cosa que en mi opinión no me parece del todo bien ya que durante muchísimos años se ha luchado para que este derecho sea igual para todos. El próximo 20 de Diciembre se realizarán elecciones en nuestro país y llegado este momento nos preguntamos: ``¿quién es el mejor candidato?´´, ``¿a quién debo votar?´´, ``¿cambiará la situación si sale otro partido distinto al actual?´´… Hace pocos años, si nos fijamos en un mapa de España, ésta estaba sumida en un bipartidismo: PP o PSOE, pero en estos últimos años han surgido nuevos partidos políticos como Podemos o Ciudadanos. Estas nuevas alternativas están siendo bien acogidas por todos los ciudadanos ya que en las recientes elecciones municipales y autonómicas el mapa político se ha fragmentado. La ruptura de este bipartidismo favorece la democracia con las diferentes ideas y opiniones de los gobiernos de coalición, ya que si dos partidos deben ponerse de acuerdo sobre decisiones a tomar para el pueblo se contemplarán diferentes ideas para una misma reforma y se intentará conseguir lo mejor para éste.

Según las últimas encuestas, la primera fuerza política continúa siendo el PP ,pero no ganaría con mayoría ; la siguiente fuerza dependiendo de dónde busquemos los datos está entre PSOE y Ciudadanos seguidos de Podemos, pero ¿quiere decir esto que la suerte está echada? Tendremos que esperar algunos días para responder a esta pregunta.

sábado, 31 de octubre de 2015

La bondad, ¿característica imprescindible?

Desde que somos pequeños, nos han implantado valores de educación como, por ejemplo, la bondad. Pero, ¿ser buena persona forma parte de la personalidad? Ésta configura la manera de ser de una persona y la diferencia de las demás. Por lo que, al inculcarnos estos valores de educación, ¿nos están creando una personalidad?

En mi opinión, toda persona tiene dentro de sí una parte buena y una mala. Esto se muestra, por ejemplo, cuando nos enfadamos o tenemos algún problema, que es cuando sacamos nuestra parte mala para defendernos. La mayor parte del tiempo somos (o al menos parecemos) buenas personas, quizás porque nos lo han enseñado de pequeños y crecemos desarrollando más la parte buena que la mala, formando, de esta manera, nosotros mismos nuestra propia personalidad. Pero esto no quiere decir que siempre hay que ser bueno. Hay en ocasiones en las que si se ríen de nosotros, no vamos a tratar igual a la persona que nos hace esto que a la que no nos hace nada y realmente tampoco significa que seamos malas personas, simplemente que ‘’ser bueno no es sinónimo de ser necio’’. Pero creo que al tratar bien a la gente, la situación anterior no tendría por qué darse, porque si ofrecemos bondad deberíamos recibirla. Es cierto que hay gente que se aprovecha de que seamos buenos, aunque no por ello tenemos que dejar de serlo, es mucho mejor para nosotros ser buenos, porque nos sentiremos satisfechos con nosotros mismos de haber realizado una acción buena y no una de la que más tarde nos podremos arrepentir. Pongamos un ejemplo: imaginemos que una señora mayor con un bastón está intentando cruzar la calle. Si somos buenas personas, lo normal, es que la ayudemos a cruzar, pero no porque pensemos que la señora nos dará dinero, simplemente lo hacemos porque creemos que realmente la estamos ayudando y que con un ‘’gracias’’ nos sentiremos halagados.

Como conclusión, personalmente creo que hay que ser bueno no para ser recompensado, sino porque las acciones que hagamos sabemos que son buenas en sí mismas.